La piel del cielo es la historia de un hombre que busca en las
posibilidades de la ciencia la explicación del mundo. El protagonista
tiene un afán de saber insaciable, el cual está planteado desde la
primera frase del libro, desde el momento en que el protagonista,
Lorenzo -en su etapa infantil- , cuestiona: “Mamá, ¿allá atrás se acaba
el mundo?” Esa curiosidad del pequeño es la primera anotación de la
novela donde se hace referencia a la curiosidad científica, esa
curiosidad por la comprobación del mundo, y de los hechos y fenómenos
que ocurren en él.
A lo largo del camino que sigue este personaje, la voz reflexiva de la
autora, va mostrando la inevitable confrontación en dos verdades; una
científica, medible y comprobable, y otra intuitiva, que se vive y se
siente, pero que no se puede demostrar. En un pasaje, por ejemplo, el
narrador dice: “En sus caminatas, Lorenzo había descubierto el poder de
las montañas sobre los habitantes; eran dios y diosa a los que les
levantan altares, copal y pulque (...) para que no corrieran los rías de
lava, llevándose casas y sembradíos”. Y en otro párrafo agrega: “Los
fenómenos naturales eran parte de su vida, como el maíz, el frijol, el
crecimiento de sus hijos. Los volcanes eran esposos, caminaban de la
mano, nacían de las aguas, se sentaban a tardear, se peleaban,
reconciliaban y dormían abrazados. Su presencia definía la vida de los
habitantes del pueblo”. Estas certezas de los campesinos, tan ingenuas
a los ojos de la ciencia, servían, sin embargo, para aliviar
temporalmente la angustia que sentía Lorenzo ante la inmensidad de ese
misteriosos universo en expansión, que trataba tenazmente de comprender.
Elena Poniatowska en La piel del cielo muestra a los científicos y
en especial a los astrónomos como seres humanos, no como el estereotipo
del científico que existe aún: frío, insensible, interesado sólo en sus
experimentos y estudios, y desconectado de la realidad.
miércoles, 4 de febrero de 2015
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Mi querida Genma: Me alegra saber de ti y toda la obra cultural que sigues haciendo. Espero que pueda pasar por La Libreria Letras y presentar mis obras poéticas.
ResponderEliminarMi cariño y admiración por promulgar la cultura con el intusiasmo y cariño que pones.
Guardo en el rincóncito tierno de mi alma la tarde que presenté . en Letras "Paseo mis pies desnudos" con el recuerdo grato y el calor humano que he recibido de ti y de las personas que me acompañaron.
Un abraciño cosido en el lienzo firme de la amistad.
Rosa María Milleiro Domínguez