martes, 11 de noviembre de 2014

Libro de Noviembre: "EL MAR" DE JOHN BANVILLE

El nuevo libro lo hemos elegido por haber sido premiad  su autor, John Banville, con el Premio Píncipe de Asturias de las Letras hace pocos días. Espero que os guste!

“El pasado supone para mí un refugio”, escribe Max Morden, el narrador de la última novela de John Banville. “Allí voy de buena gana, me froto las manos y me sacudo el frío presente y el frío futuro.”
El mar es el relato de Max Morden, historiador de arte y anacoreta reciente. Al comenzar la novela, nos topamos, antes que nada, con su voz: las frases sinuosas de Banville, admirablemente dotadas para la nostalgia y a la vez para la ironía, funcionan maravillosamente en esta novela hecha de todo lo que hay de irónico en la nostalgia. Max se ha retirado a un pueblo costero con un triple propósito. Primero: evocar cierto verano trascendental de su infancia, los días en que, de mano de la familia Grace, conoció el deseo, luego el sexo, luego la muerte. Segundo: evocar la larga enfermedad de Anna, su esposa, y enfrentarse con su muerte. Y tercero: escribir sobre los dos momentos, y al hacerlo encontrar los vínculos secretos que los unen. Pues Max es un digno representante de esa raza literaria que descubre, en el proceso de contar su historia, lo que esa historia significa. Al contrario de lo que ocurría en El intocable o en Imposturas o aun en Eclipse, novelas que al fin y al cabo asumían sin reticencias y sin complejos el empaque de la confesión, Max Morden no está aquí para confesar nada: quiere saber. Saber por qué el fantasma de los gemelos Grace y de su madre y de su niñera lo ha asediado todo este tiempo. Saber cómo hace un hombre viudo (y un poco cínico) para enfrentarse a la soledad y al dolor de la pérdida. Saber, en fin, qué relación tienen en su vida los dos asuntos viejísimos del amor y la muerte. Pues uno de los logros más considerables de esta novela es la testarudez y la eficacia con que Banville se abre camino en esas emociones: en sus manos, el tópico del eros y el tánatos tiene, increíblemente, cosas nuevas que decir.

EL RUIDO Y LA FURIA

Después de un verano duro, con una lectura intensa, empezamos la temporada con nuevas lecturas. Aquí os dejo una reseña de Faulkner:


"La vida es una sombra tan sólo, que transcurre; un pobre actor que, orgulloso, consume su turno sobre el escenario para jamás volver a ser oído. Es una historia contada por un necio, llena de ruido y furia, que nada significa".

Shakespeare escribió este fragmento de "Macbeth" al final de la obra, haciendo referencia a la vida corrompida y carente de principios que llevó su protagonista, al dejarse dominar por la maldad y los bajos instintos. El párrafo llamó la atención de William Faulkner, que decidió tomarlo prestado para el título de su obra cumbre "El ruido y la furia".

La novela de Faulkner relata la sórdida historia de los cuatro hermanos Compson, hijos de una madre desquiciada y de un padre alcohólico. El hermano menor es Benjy, padece cierto retraso mental; Quentin es el más inteligente aunque también el más débil psicológicamente, enamorado para siempre de su encantadora hermana Caddy; Jason, materialista y amargado, contribuye con sus actos mezquinos a aumentar la desgracia de la familia.

William Faulkner sabe que los hechos siempre toman un cariz distinto al pasar por el filtro de la personalidad de cada individuo, su gran logro es plasmarlo a la perfección en "El ruido y la furia". La novela se divide en cuatro partes, que juntas completan la visión de la historia.

La voz de Benjy en primera persona inicia una narración llena de incoherencias cronológicas y de gran confusión, propia de quien no es capaz de entender con claridad los acontecimientos. Le sigue Quentin, que trata de explicar con los pensamientos inconexos que se suceden en su mente torturada su relación con Caddy. Su hermana, por la que siente algo más que un amor fraternal, quedó embarazada de un chico y para resolver la situación decidió casarse con otro hombre, que la repudió cuando se enteró de que la hija que tuvo no era suya. En la tercera parte es Jason el que narra con cínica frialdad las injusticias que comete con Quentin, hija de Caddy y sobrina suya. Por último, en la cuarta sección de la novela interviene Dilsey, una sirviente de color que siempre ha trabajado para los Compson y asiste a la decadencia de esta familia.

En "El ruido y la furia" Faulkner cede su papel de narrador a tres de los protagonistas de la trama y a una observadora implicada en ella, imprimiendo así a la novela un tono casi cinematográfico, con saltos en el tiempo y en la trama; se convierte así en un adelantado a su tiempo e innova rompiendo con la narración lineal, que era la usual hasta el momento.

Aunque las cuatro voces narrativas forman un todo, tal vez la de Benjy parezca oirse por encima de las otras tres, gritando con ruido y furia en un intento inútil de escapar de una historia autodestructiva a la que no encuentra significado alguno.   Clarice L.
 
Curiosidades:
- Debido a que no existe un único narrador y a la gran cantidad de saltos en el tiempo, a William Faulkner le preocupaba que la novela fuera difícil de comprender para el lector, así que pensó en marcar los distintos periodos de tiempo con tinta de color diferente. El editor de Faulkner rechazó esta idea y finalmente los saltos temporales se diferenciaron con letra cursiva.